Prométeme que volverás

Ha sido la primera vez que he sentido esa sensación.
El protector, mi protector, dirige la mirada hacia mi, una mirada que jamás había visto en sus ojos, que jamás me permitió verla en tantos años. Sus ojos eran presa del panico y su voz temblorosa.
Tenía miedo, un miedo que no quería ser visto. Pronto se irá no se sabe cuando ni tampoco si volverá tal vez las cosas no salgan bien y las noticias nos informen de lo ocurrido, para tranquilizar unas pequeñas palabras salieron de su boca; nos dijo que nada iba a pasar, que pronto volvería, pero todos sabemos que no, es un trabajo duro y con muchos problemas.
Cuando eramos pequeños cada vez que sentía miedo me estendía sus brazos con tal firmeza que me sentía segura, una seguridad que en esos tiempo pocas veces sentía, era yo misma sin preocuparme nada, cosa que con el resto de la gente no pasaba. Yo era callada, él hablador; él aventurero, yo temeraria. Pero cuando nos juntabamos todo se mezclaba, eramos uno. El tiempo nos separó, pocas veces se de él, pero cada vez que le veo siento ese calor de cuando era niña en sus ojos y me tranquiliza; esta vez no, esta vez he sentido miedo, mucho miedo, no podía tranquilizarle, no podía decirle nada. Sabía que si le decía algo su orgullo podría más que él, sus ojos se empañarían y no podría con la presión.
Quiero darle las gracias, aún que nunca lo sabrá. Hará ya un par de años hizo algo por mi, volvió a sacarme de todos los problemas que sabía que me llevaban. Me hizo cambiar, lo hizo cuando todo el mundo lo estaba intentando y nadie lo conseguía, pero cuando se enteró me busco, hablo conmigo, jamás me dijo nada, no me impuso nada, solo me protegió como tantas veces había hecho. No quiero que pase nada. En tantos momentos quise abrazarme a él y no separarme que aúnque ya no nos veamos le quiero.