The Postal Service

Todas los desvarios de una joven de 21 años que no sabe como llevar el día a día. Muchas veces pensando y otras veces actuando.

miércoles, octubre 25, 2006

Abriendo los ojos...

Miro a mi alrededor y está casi desierto, solo una chica francesa habla por teléfono. Mi mente desaparece del mundo y todo se desvanece. El tiempo pasa sorbo a sorbo inmerso en números que dan vueltas en mi cabeza.
El leve sonido que me rodea me hace levantar la vista, no se parece en nada al momento en que llegué. Todo parece surrealista aquel libro que la noche anterior leí, El Si de las Niñas, se está convirtiendo en realidad ante mis ojos con una leve adaptación en el tiempo. A mi lado una pareja idéntica a Don Diego y Doña Francisca; él muchos años mayor que ella, todo un amor por conveniencia en el que él siente un profundo cariño pero en los ojos de ella no es reflejado. En frente, otra pareja recién llegada representan el amor de Doña Francisca y Don Carlos; ella joven e inexperta, no pasará de los 18 años, mientras que él más mayor que ella, alrededor de 30 años, la abraza y la desea, un amor tal vez no bien visto ahora en la actualidad pero cada vez más habitual. Quien diría que aquel neoclasicismo que anoche leí, esas letras que bordean los números de mi cabeza, se haría realidad a mi alrededor.
Saliendo del mundo de los libros podía ver cuatro solitarias personas entre las cuales me incluyo, todos inmersos en los pequeños mundos internos. Tres de nosotros, Miguel, Jaime y yo, realizábamos estudiosamente nuestro trabajo; mientras que Paula observa todo el movimiento que nos rodea con gran interés. Yo permanezco en un lado estudiando y observando todo aquello que desconozco sin que nadie se fije en mi presencia y alterar este orden que me ha susurrado suavemente ser analizado.

domingo, octubre 22, 2006

La historia de Adán y Eva...


Llovía, las gotas de agua lo empapaban todo después de una larga semana. Siempre queremos hacer lo que no podemos, pero siempre se pueden conseguir las cosas aunque sea modificándolas un poco. No salí de casa, pero si vinieron a mi casa. Poco a poco la tarde pasaba y me recordaba a esas historias que tan discretamente te cuentan cuando eres pequeño, la manzana se puede relacionar con varias historias mitológicas, como la de la "manzana" de Adán y Eva en la que se les prohibía la inmortalidad pero ganaban la sabiduría; o la manzana de la discordia en la que se encontraba una inscripción que ponía para la más bella y por la que hubo grandes problemas en el mundo de las diosas. La tentación de ese fruto del árbol de la vida, aquel que estaba prohibido aumentaba por momentos. De repente aparece esa serpiente habladora que poco a poco nos guía por el camino casi hipnotizadamente sin pensar, ese camino que tan cuidadosamente seguía mi mano y poco a poco también la suya. Incluso se podía sentir como poco a poco se nos expulsaba del paraíso al incumplir las normas, pero eso no era suficiente para arrepentirse. El más ligero sonido aumentaba la tensión, el juego había empezado.

martes, octubre 10, 2006

Like a little capricious princess


Hacia tiempo que no sentía esta sensación, las vacaciones me han dejado fuera de juego, me han hecho retroceder varios pasos, unos pasos casi invisibles de los que no recuerdo el camino para poder alcanzar de nuevo. Los nervios se apoderán de mi sin dejar escapatoría, corro para que no me alcancen pero todo esfuerzo es en vano, simplemente los oculto y hago como que no están ahí pero poco a poco me delantan.
Me gustaría andar hasta no aguantar en pie, saltar sin que nadie me mire raro y pasarme horas tirada en la hierba (cerca de un arbol) mirando a la nada, perder el tiempo sin que eso importe porque nunca se termina.
Me gustaría dejar de presenciar esta lucha entre mi misma sobre el deber y el querer en los que los nervios siempre están presentes y el miedo poco a poco se va apoderándo de todo.

domingo, octubre 08, 2006

Señales de vida

Estoy en un mundo de duendes, principes y princesas. Un planeta en el que los caminos no se juntan y nunca se llega al mismo lugar. Un país como el de Alicia en el que vas detrás de un conejo blanco con un reloj en el que siempre es tarde, un sombrerero loco y el gato de Cheshire.
No tengo tiempo para nada pero no me importa, por una vez se que todo se me acumula pero que aprovecho el tiempo. Los días son practicamente iguales algo que nunca me ha gustado pero que me hace sentir segura. No tenog tiempo de escribir, no tengo tiempo de pensar que poner y lo único que puedo decir es que siguo viva aúnque no de señales de ello.
Y bueno si puedo decir una cosa más... pero no la voy a decir.


Estadisticas de visitas