"Dadme las cosas superfluas y puedo prescindir de las necesarias."
Siempre dicen que cada año hay que aspirar a algo nuevo. Algo que consiga hacerte un poco más tú.
Cuando era pequeña cada cosa que convertía en mía, uno o dos años después, cogía un avión y se marchaba muy lejos. Ahora he dejado de construir una vida. Poca gente puede conocer algo de mí. Los que lo conocen no les gusta. Quizá por la pasividad en la que vivo el día a día ante los ojos ajenos. Conocer algo más sobre las cosas que me interesan para aquellos que son esclavos de una sociedad que va guiándoles el camino hacia el éxito es casi imposible. No saben reconocer la satisfacción ante la creación o la libertad. La necesidad de irse a un lugar lejano y ser capaz de reproducir aquellas ideas que con tantas ansias has soñado.
Sin embargo, otras personas, quizá menos afines a mi personalidad, a mi necesidad de pasar desapercibida para que no intenten atraparte e intentar ese éxito prometido al que nunca se llegará si no se piensa por uno mismo, son capaces de entender mi filosofía e incluso compartirla.
Lamento que nuestro mundo sea tan parecido a ese Mundo feliz que creó Aldous Huxley.