The Postal Service

Todas los desvarios de una joven de 21 años que no sabe como llevar el día a día. Muchas veces pensando y otras veces actuando.

domingo, agosto 30, 2009

¿De verdad es retorcido?

No podría darle un nombre. Nunca lo he hecho. Es aquel chico que se supone que fue el primer amor y al que nunca quise. Ese chico al que siempre califiqué por una letra, casi la última del abecedario. Simplemente era Ube.

¿Qué recuerdo de él? Bastante poco. Digamos que respecto a mi corta edad hace muchísimo que no se nada de él. ¿Quiero saberlo? No estoy segura. Lo que quiero es demostrarle todo a lo que he llegado sin él. ¿Es retorcido? Probablemente.

Quiero provocarle, quiero fastidiarle. Quiero que olvide quien fui y que recuerde quien soy. Quiero divertirme, incluso que se divierta él, quiero jugar. ¿Por qué él? Es la persona perfecta, estoy segura de poder convencerle, de que le gusta jugar.

Es con quien me confundí de horario en el cine y entramos al final de la sesión anterior creyendo que llegábamos tarde a nuestra sesión. Cinco minutos más tarde aparecieron los créditos. Nunca volvimos a entrar.

Es quien me asustaba escribiéndome frases terminadas en: amor, tengo ganas de verte, te quiero y estoy enamorado de ti. Yo no digo que no me guste escuchar esas cosas pero no cuando la única intención de decirlas sea conseguir algo. ¿Acaso nunca entendió por qué durante dos meses no le contesté al teléfono?

Es aquel al que cruelmente le dejaste por un e.mail con el típico final de: quiero que sigamos siendo amigos e informándole de que lo "nuestro" era de todo menos algo serio, cuya respuesta fue un contundente mensaje en el que te culpaba de todo. ¿Cómo crees que reaccioné yo ante eso? Simplemente le grite y le dije que no quería verle nunca más y que yo nunca tuve la culpa de nada (es broma, jamás reaccionaría así ante nada, probablemente habría sido mucho más divertido). Le conteste diciéndole que lo que hubo estuvo bien pero que fuéramos amigos (algo que no me importaba mucho) y acepté mi parte de la culpa (que nunca tuve).

¿Cómo podría reaccionar él ante tal simpatía por mi parte? Un mensaje bastante largo dándome a entender que lo que quería hacer conmigo era algo que no había conseguido e informándome de que esperaba que, si en ese tiempo en el que no estuviéramos juntos encontraba a otra persona, fuera más detallista, menos cortada... una larga enumeración de cosas que, según él, hice mal. Seguido de una maravillosa excusa de que se alegraba de que lo dejase porque había encontrado a otra chica que le decía todo lo que yo no le había dicho jamás, no sin antes decirme que después de 7 meses (disculpa que yo no recuerde tantos meses pero soy fiel a sus palabras) me quería más de lo que pensaba.

Lo mejor de todo fue cuando un mes más tarde decidió hacerme el peor comentario que se le podría haber ocurrido, me informó de cuál era uno de mis defectos. ¿Cuál podría ser? Para él fue muy sencillo de responder ¡¡fue una agradable comparación mía con mi hermana!! ¡¡¿¿ A QUIÉN EN SU SANO JUICIO SE LE OCURRIRÍA HACER ESO??!!

Creo que en ese momento nada me podría haber molestado más que eso. Eso significó que no me arrepentiera de nada. Eso podía el punto sobre la i. Todo había terminado. Nadie a quién al ir al billar, un sitio que solía frecuentar, le dieran un palo corto para reírse de él podía compararme con mi hermana.

Desde ese momento dejé de saber de él. Le veía por los pasillos bastante a menudo, estábamos enfrente, era imposible no verse, incluso muchas veces entraba en su clase pero nunca para hablar con él. Yo desaparecí para él y a mi no me importó, descubrí que yo no le importé nunca y no me molestó.

Entonces, ¿por qué quieres entretenerte precisamente con él? Por eso mismo, él nunca esperó nada de mí y ahora puedo demostrarle que se equivocó. Que he llegado mucho más lejos de lo que él nunca habría imaginado. Él se quedó atrás. Antes jugó él pero ahora es mi momento. Quiero enseñarle las cosas que no pueden hacerse y las que si. Sorprenderle. Jamás darle la razón. Reírme de lo que pasó, hacerle que lo eche de menos y demostrarle que esta vez todo depende de mi. Hacerle ver que él sigue siendo el mismo niño que siempre fue y que no ha aprendido por mucho que así lo piense. Quiero enseñarle todo lo que no habrá sabido aprender él solo, darle una oportunidad para que me demuestre que no es como pienso, que no habrá aprendido nada en este tiempo, no confío en él. Quiero jugar.

Como dirían en Funny Games... voy a pedir huevos.

2 Comments:

Blogger not exactly said...

Sólo espero que no te hagas daño con el juego. Ya sabes que todo lo que quiero es verte feliz.

Un beso, princesa.

30/8/09 9:48 p. m.  
Blogger Ultima Frontera said...

... a eso lo llamo yo deseos acumulados de venganza, eh?
a mi también me entran esas ganas cuando pienso en determinada gente que en su momento me hizo daño... creo que es bastante corriente XD

Bueno, saludos, y konnichiwa!

=)

30/8/09 9:55 p. m.  

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