Finales lluviosos

Las cosas me dicen que todo me va a ir mal. Me acerco a la cama y la funda nórdica me dice que hoy no puede ser un buen día, la almohada me dice que es hora de reflexionar y los libros que debo leer más, que las historias están escritas y el final existe. Las canciones me dicen que no hay pena que valga una vida, que el tiempo pasa muy lento y que estoy harta, harta del horario y del calendario. Miro los cristales y lloran, las lágrimas caen velozmente sin ni siquiera molestarse en preguntarse si alguien las estará viendo, piensan que la lluvia las disimulará.

Busco en un laberinto digno del País de las Maravillas. Persona silenciosa transformada en indiscreta. Posible realidad paralela donde arriba esté abajo, las personas vuelen y los pájaros anden. Donde las oportunidades las regale un hombre con sombrero extravagante a la vuelta de la esquina como si de esperanza se tratase y pudieran guardarse para cuando sean necesarias.

Paredes empapeladas de listas. Listas buenas y malas, listas de tareas, listas de películas y de libros, listas de tiempo, listas de ilusiones, listas de oportunidades al mundo...


Modificación... Cuando parece que alguien es capaz de sacarte de la rutina todo volverá a la normalidad, el día continuará siendo igual de malo y tus expectativas de algo nuevo se desvanecerán al ver tus planes mojados por la lluvia.